Ser Buena Persona

Es difícil escuchar hoy en día,

tu hijo es una buena persona.

Las palabras vienen de alguien

con años de experiencia,

y horas compartiendo vivencias con él.

Sin embargo, dejar que el sonido entre,

resulta complicado.

Cuando acudo a la charla con la profesora,

espero, o voy buscando

aquello que interpele con la educación.

Resultados académicos. Con números

o letras.

Pero esto no llega.

Como un esbozo quizás,

para ser cubierto mas tarde con valores

para los cuales no estoy preparado, de su boca.

Es generoso,

se preocupa por sus compañeros

y compañeras,

necesita entender que les esta sucediendo,

empatiza,

ayuda a quien tiene dificultades

para hacer las tareas,

es inclusivo con quien se queda solo o sola,

y siempre esta con alguien,

sus iguales le valoran y quieren estar con él.

Elige con quien estar.

Hace unos días le compre un láser

para que pudiera jugar con el gato.

Lo perdió.

Hablando de ello a la mañana siguiente,

una de las opciones era,

alguien puede habérselo quedado.

Su no, fue rotundo.

Al llegar al patio,

un compañero se acerca

y le entrega el láser,

con mucho entusiasmo.

Lo encontré y guardé,

para ti- le dice.

El hijo mira al padre.

- ¡Ves aita!-

Dentro de ese gran corazón

todavía hay confianza en su entorno,

en el propio criterio.

Para este niño,

existe una justicia interna

donde deposita sus creencias.

Y a mi me toca respirar.

Dejar que mis experiencias no le empapen.

Que descubra.

Y si llega el caso, recoger su alma

entre los brazos.

Para seguir permitiendo que la confianza

que rige sus días,

siga intacta,

sin añadir mas de lo que la propia vida

añade.