Ser hijo, Ser padre
Si eres hijo o padre y sientes la necesidad de reencontrarte contigo, te acompaño en este espacio para escuchar, sanar y transformar desde el aquí y ahora.

Cada día de mi vida he sido hijo.
Y he pasado muchos años buscando a mi padre, aún teniéndolo al lado físicamente.
Pero su mirada, la que en numerosas ocasiones necesité, me faltó.
Al igual que el abrigo seguro de sus abrazos,
donde se forjan alianzas generacionales,
donde se fusiona el ser interno de un vástago.
Copié su figura desde la imaginación, sin los anclajes que el relato
o el acompañamiento de la enseñanza cercana, trasmite.
El secreto de esta sabiduría es lo que siempre necesité y busqué sin éxito.
Durante todo este tiempo,
una semilla fue germinando en mi interior,
y a mediados de junio, hace varios años,
vio la luz,
convirtiéndome en el padre de un ser
que olía a tierra en esos primeros instantes de vida.
Quiso la vida ponerme a prueba,
y acepté.
Aún hoy, la familia y la sociedad
siguen negando la capacidad del hombre para cuidar.
Quise ser un padre diferente
y no fui capaz de creérmelo.
Necesité espacio y lo encontré en la distancia,
rompiendo la familia que habíamos creado.
No hay mejor limite, si lo hago de manera consciente.
Ahora,
soy hijo, padre separado y ambos caminamos juntos,
agarrados de la mano.
Es él,
quien recoge mis abrazos y escucha mis propias historias.
Un día creí que se podía hacer de manera diferente,
gracias a la forma en la que lo hizo mi padre,
mientras voy poniendo atención en cada paso.
Si eres hijo,
padre,
y sientes la necesidad de ser escuchado,
de reencontrarte contigo,
te invito a encontrarnos en este espacio,
para transformarnos desde el aquí y ahora.