Cuando todo Sucede

Nos olvidamos con mucha rapidez de donde venimos.

Entre la falta y el exceso

hay decenas de caminos.

La pregunta es

¿Cual es el que he elegido?

Vivimos fluctuaciones derivadas de senderos

por los que nos llevan

quienes se olvidaron pronto que partimos del mismo lugar.

Tu y yo,

somos obreros.

Y en este hormiguero

no disponemos de reina.

Todo el material que nos rodea,

hace que me olvide

que un día fui proletario.

Me alejo por el numero de ceros de la nómina,

o por esa capacidad oportunista de ponerme por encima.

El cargo que ocupo,

también tiene este vacío.

Apenas recuerdo lo que es parar,

sentir el palpito y mirarte.

Porque creo que soy menos,

y otras monto encima de tus hombros.

Si fuéramos capaces de mirarnos a los ojos,

sentiría rechazo,

por acercarme a ese lugar del que surgió todo,

antes de que hoy nos conociéramos.

De ahí, que esquive la mirada.

Te de la espalda.

Sigo a lo mío.

Tratar de cambiar un paradigma económico,

sin tenernos en cuenta,

nos lleva al colapso,

mio y tuyo.

Claro es que,

tu te sostendrás,

gracias a todas esas cosas acumuladas.

Pero es solo cuestión de tiempo.

A eso de los siete,

se anclo quienes somos,

y la suerte del sistema

nos avocó a alejarnos.

Me olvide de mi, de ti

y de lo que fue estar en primaria,

cuando compartíamos la vida,

ese instante presente en el que todo sucedía.