Basandere
- goizekoizarra
- 26 dic 2024
- 1 Min. de lectura

En pleno corazón del Baztan, se asienta Kabia
un lugar que nos acogió entre sus ramas de roble y paja.
Donde las nubes bajas se dejan estar,
inamovibles horas tras horas.
Alargando la mirada,
los frondosos bosques aguardan en silencio,
mientras el agua fría como el invierno,
recorre el paisaje en calma.
Entre ellos surge la leyenda de un ser grande,
cubierto de pelo,
protector de rebaños y cosechas.
Así es en presencia, Fátima.
El guarda bosques, la llamaron.
Tras la formación Gestatl,
dedicaron una transferencia hermosa,
a quien consideraba que su aportación había sido escasa.
“Tu cuidado, mirada, la cercanía con la que te muestras
ha hecho de este tercer año de formación
un paseo mas agradable,
después de meses de andar entre piedras
que se clavaron en nuestras plantas.”
A veces no nos damos cuenta
de lo que aportamos a la vida.
Y es ella,
en su amplia gratitud,
quien no deja escapar el momento,
tatuando con palabras el corazón de Basandere,
para que cuando vigile desde las lindes del bosque,
recuerde,
que su presencia siempre es necesaria.
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