Banco de Germoplasma
- goizekoizarra
- 5 oct
- 1 Min. de lectura

Hay hogueras que están a punto de apagarse,
y en momentos de ausencia,
a escondidas
voy echando trozos de madera.
No sé vivir de otra manera
y abrir la mano con la que me sujeto,
es un temor donde me apoyo
indefinidamente.
No puedo abandonar cuanto he ido descubriendo.
No sabría como hacerlo.
Me estaría traicionando.
Y mientras,
me acompaño con tristeza.
No hay lugares donde mirar,
para apoyarme en ellos.
Aunque psicológicamente me estoy agarrando,
no tengo dudas.
Dejar de fumar no ayuda,
pues esta presión que siento en el pecho
se mimetiza con el dolor
de haber llegado
y no saber como volver.
- Dejándote caer- me sugiere una voz.
¿Cómo comparto el agua de esta botella
que al parecer, de ella nadie quiere beber?
De ahí que salgo a la calle con miedo,
miedo a traicionarme,
aún sabiendo que no lo voy a hacer.
Y está, si lo está.
He dejado de creerme un saltamontes
en las experiencias que me sobrepasan.
Ahora me toca ser hormiga,
y llenar de grano las despensas,
pues el otoño,
las largas noches y el frío invierno
se acercan.
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