Al Mirarme en sus Ojos

Llegan las respuestas solas,

sin remitente.

Quizás te valgan y dejes que empapen tus carnes.

Por el contrario, ponlas en un cajón a buen recaudo,

mañana con la luz del nuevo día

las cosas pueden verse desde otro prisma.

Las personas necesitamos de espacios

donde compartirnos emocionalmente.

Son muchas las horas donde nos comunicamos

de manera automática, con la necesidad de filtros,

de muros y puertas cerradas.

Por eso, ella coge al vuelo la necesidad de expresar

una anécdota, con las llaves de la puerta

sin retirar de la cerradura.

Y une sin darse cuenta,

el deseo de sentirse acompañada en un hacer,

con la soledad de su hija que moja sutilmente

nuestra alma.

La muerte de ella como madre,

contacta con un sentimiento interno,

que esta queriendo mostrarse en sus ojos.

Lo veo, pues hace minutos que percibo su emoción encerrada.

Y es precioso ver, que el dolor de su hija,

ante la inminente muerte imaginada de su persona,

no es mas que su propio dolor,

por la despedida de su padre.

Un encuentro con la soledad,

donde los apoyos que he ido construyendo,

quiero que me sostengan.

Pues un día el caudal de agua bajará,

mojará mis pies,

y necesitaré recoger ese agua con mis manos

para refrescarme el rostro.